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Jade tenía los ojos verdes y la voz suave

Bueno, un año más, aquí va mi historia para el concurso literario de neustro instituto...sí, ese concurso en el que participa taaanta gente y en el que sieeempre gano...
Si este año no gano nada, juro (y todos sois testigos) que el año que viene escribiré sobre un rubia en un campus!(a Dios pongo por testigo...blablabla)


" Vivía en el distrito G y su nombre era Mau.
Llevaba una vida dura, ya que venderse nunca le fue fácil a una mujer.
Se levantaba toda las noches para ocupar su puesto en el distrito, no sin cierta pereza, pero cuando comienzas a dedicarte a esto, ya no hay vuelta atrás. Todo el mundo sabe quién eres, todo el mundo quiere verte.
Tenía el aspecto de quién ha vivido muchas historias, y su apariencia exótica no hacía más que acentuar esto. Sus piernas eran esbeltas y su cuerpo musculoso, trabajado a fuerza de técnicas orientales. Sus ojos, almendrados e increíblemente verdes, sus labios, carnosos. Con estos rasgos cabía esperar que su piel fuese tostada, en cambio era blanca sin mácula…tan solo una discrepancia más. Llevaba el pelo corto, lo que le había acarreado muchas miradas de desdén: “¿Porqué una mujer tan hermosa se corta el pelo como un hombre? Sin duda es una arrogante”. En general tenía una imagen elegante, reflejo de un carácter altivo y orgulloso, lo que hacía aún más doloroso bajar la cabeza por unas monedas.
La llamaban “Princesa de Jade”, y realmente podría haber sido una princesa para quién no hubiera pagado por sus servicios. En el distrito G cada mujer llevaba el nombre de una gema: lapislázuli, ámbar, zafiro, esmeralda…jade.
A pesar de hallarse en Déndal, la ciudad de los placeres, el distrito G era uno de los más respetables, y las gemas que le dan el nombre, las mujeres más hermosas de la ciudad. Déndal podría considerarse una ciudad nocturna, pues aunque de día no quedaba desierta, era por la noche cuando cobraba vida y se apreciaba realmente su carácter de ciudad.
Mau se alegraba de no vivir en el distrito P, donde lo que debería vender sería su cuerpo, esa sería una vergüenza que no podría soportar. Antes se quitaría la vida.
En el distrito G vendían historias, y sus visitantes eran especimenes de muy diferentes clases: escritores en busca de historias, mujeres en busca de una conversación, hombres en busca de sí mismos…todos buscaban algo. Mau sabía dar a cada persona, precisamente, aquello que buscaba; eso era lo que la había hecho famosa en Déndal, e incluso más allá de sus murallas.
Todo el mundo llegaba para oír sus historias. Decían que tenía la voz aterciopelada y ligeramente grave, que te embelesaba a la primera palabra, que sus relatos cobraban vida ante los sorprendidos ojos de quiénes los escuchaban. El problema de todas las gemas del distrito G, y por ello también el de Mau, era que para hacer reales esas historias debían añadirles elementos verdaderos de sus propias vidas. La Princesa de Jade era la mejor, sí, pero a costa de dejar pedacitos de sí misma expandidos por el mundo.
Una noche llegó a su puesto un hombre con aspecto de aventurero, y con los ojos de un refulgente verde:
- ¿Eres tú a la que llaman Princesa de Jade?
- Sí, soy yo- dijo mientras elevaba el mentón.
- Quiero oír tu historia.
- ¿Qué tipo de historia deseas escuchar? ¿O debería preguntar cuánto estás dispuesto a pagar?
- Quiero escuchar tu historia verdadera, y el pago no es un problema.
- Está prohibido; de ella saco todo mi sustento, y para escucharla deberías pagarme una suma con la que pudiese vivir el resto de mi vida.
- Con lo que te pagaría, si me contases la verdad, no sería necesario que trabajases aquí nunca más.
- No existe persona viva que pueda conseguir eso.
- ¿No, ni siquiera una a la que creías muerta? No te ofrezco dinero, sino información, ¿o vas a decirme que conoces toda tu vida? Porque si ese es el caso debería marcharme, ya que me habría equivocado de persona.
- Es cierto que hay cosas que no sé, pero no creo que tú puedas decírmelas, y menos, que éstas puedan alimentarme y vestirme.
- ¿Serás capaz de dejarme ir, sin saber si miento o no? ¿De acostarte por la mañana y no poder dormir pensando en mí y en mi oferta?
Ambos se miraron durante unos minutos desafiándose mutuamente, hasta que Mau dio la espalda al forastero y con un gesto sutil le indicó que le siguiera y que se sentase sobre los abundantes cojines que alfombraban el suelo. Luego se sentó y comenzó su relato:

“Hace muchos años, cuando aún era una niña con el pelo trenzado vivía muy lejos de aquí, en un oasis. Sus palmeras altas y frondosas nos protegían del sol abrasador con su sombra, y su agua limpia y cristalina era el elemento vital de nuestra vida allí. Nuestro oasis era pequeño, por lo que las caravanas de los comerciantes no pasaban por allí, y mi madre, mi hermano pequeño y yo, vivíamos en absoluta soledad.
Una mañana, mientras jugaba a caer rodando por las dunas cercanas a mi oasis, vi a lo lejos una columna de humo que se elevaba hacia el cielo. Volví corriendo hacia mi casa, pero por el camino tropecé numerosas veces, y al llegar, las trenzas se engancharon en una de mis adoradas palmeras. Mientras intentaba soltarlas oí ruido de caballos que se alejaban y aumenté mis esfuerzos. Cuando por fin llegué a nuestra casa la encontré completamente quemada, y no había rastro de mi madre ni de mi hermano. Los busqué por todas partes, esperando encontrar sus cadáveres, pero al no encontrarlos me di cuenta de que debían de habérselos llevado como esclavos ya que nosotros no poseíamos nada de valor, aparte de nuestras vidas.
En la casa no encontré ningún alimento que llevarme, tan sólo un cuchillo con el que pensé quitarme la vida, ¿qué podía hacer una niña como yo, sola en el desierto, en busca de su familia? Cuando ya acercaba el cuchillo a mi cuerpo cambié su trayectoria y corté mis trenzas. Bajo las ropas, aún no destacaba una figura femenina y con el pelo corto podría pasar por un muchacho.
Seguí las huellas de los caballos pero con el tiempo acabaron borrándose y aunque no cesé en mi búsqueda, no hallé rastro de ellos por ninguna parte. Deambulé durante años por los lugares más extraños que cabe imaginar, y cuando no pude ocultar mi condición de mujer durante más tiempo, vine aquí a Déndal, donde podría vivir con mis historias.”


- Nunca volví a dejar que mis cabellos crecieran, puesto que fue a causa de ellos por lo que no llegué a tiempo para salvarlos. Es mi manera de guardarles luto ya que hace mucho tiempo que renuncié a encontrarlos. ¿Puedes decirme tú que fue de ellos, forastero?
- Tu madre murió, y tu hermano, al igual que tú, corrió muchas aventuras, hasta que un día oyó hablar de la Princesa de Jade y llegó hasta ella para oír su historia.
En ese mismo segundo, un chispazo de reconocimiento recorrió dos pares de ojos verdes, y un solo abrazo unió a dos hermanos, que llevaban toda su vida pensando que el otro había muerto.
- Ya no tendrás que seguir trabajando aquí, recoge tus cosas que yo haré lo propio y vendré a buscarte al amanecer. Me hospedo cerca de aquí, en la posada del distrito colindante, así que no tardaré.
- Esperaré.


Mau recogió sus cosas, lo poco que había ido guardando a lo largo de su vida, y esperó sentada la llegada del amanecer y de su hermano.
Cuando ya había pasado cierto tiempo desde la llegada del primero y el segundo no aparecía, resolvió ir a buscarlo a la posada, por si se había quedado dormido.
A medida que se acercaba, un mal presagio se iba adueñando de ella, y cuando al llegar vio una multitud frente a la posada, echó a correr adentrándose en ella.
En el centro se hallaba el cuerpo de su hermano inerte, y con una flor de sangre en el pecho.
Sujetó el cuerpo de su hermano contra el suyo propio mientras las lágrimas escapaban de sus hermosos ojos. Entre sus últimos estertores éste le dijo:
- Deja crecer de nuevo tus cabellos…
Pero Mau ya no oía ni a su hermano ni a las voces que hablaban de que habían atrapado al asesino. Cogió el mismo cuchillo con el que había cortado sus trenzas, y al no haber trenzas que cortar, tomó la opción que había rechazado hace años."

Dejarme vuestra opinión porfavor



4 Comments:

  1. goloviarte said...
    te invito a participar con tu blog en mi blog directorio
    aquiestatublog.blogspot.com
    te conocerán mejor
    pasa por mi blog y deja el tullo en el libro de visitas
    te pido excusas si consideras spam mi invitación,gracias
    largo pero intenso
    Anónimo said...
    nostamal.
    lástima que aún no estés preparada para escuchar por qué tampoco está bien.
    pero, en efecto, nostamal.
    lvgn_vane said...
    http://dirtysolitude.blogspot.com se reactiva!
    Anónimo said...
    y por que tenía los ojos verdes?
    No los podía tener marrones?
    Racista.

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